* Las carreras por Palermo, a la mañana, combinadas con noches de buena comida y Malbec pueden reducir el estrés y potenciar la creatividad. Por lo menos ésos son los resultados para la escritora Esther Feldman, coguionista de Los exitosos Pells y Lalola, y autora de teatro, cine, literatura, así como docente universitaria y madre.
* Hoy correr es parte de su vida; el cigarrillo, parte de su pasado. Todas las mañanas se despierta temprano, toma un café con leche, se calza las zapatillas y sale a correr entre seis y ocho kilómetros. Cuando el tiempo está lindo el destino obligado, los bosques de Palermo. En caso contrario, la opción es la cinta del gimnasio ubicado frente a su departamento, en el barrio porteño de Palermo SoHo. "Doy vueltas por los lagos del Rosedal y a veces voy al Botánico", dice.
* Feldman empezó a correr hace cinco años, pero cuenta que los cuatro últimos fueron más intensos, lo que coincide con la época en la que dejó de fumar. "Correr me ayudó muchísimo, sobre todo en los primeros días de abstinencia, en los que la ansiedad fue tal que llegué a correr hasta dos veces por día. Las dos primeras semanas fueron tan terribles que escribí Las crónicas de la abstinencia para descargarme. En esos 15 días me pasó de todo, desde extraviar a mis hijos hasta parar el auto en medio de la calle y largarme a llorar."
* Disfruta cuando corre en buena compañía, con amigos, o al ritmo de la música que carga en su reproductor de MP3, seleccionada especialmente para ponerle ritmo a cada paso. Explica: "El primer tramo es mortal, por eso correr acompañada me motiva. Si corro sola, la música no puede faltar. Mis selecciones son de lo más eclécticas. Me anima la música latinoamericana, como la salsa. Funcionan genial temas de los Redonditos de Ricota como Oktubre, Jijiji, y sobre todo Vamos Negrita". Justo para ella, a quien sus amigos le dicen cariñosamente Negra.
* El buen vivir, la reunión con amigos, el compartir una buena mesa y un buen vino, otros placeres. "Somos un grupo de amigos que corremos, todos amateurs, y con más afición a las comidas con vino que al entrenamiento, por eso nos llamamos Los Malbec. Aun así, nos entrenamos mucho y nos anotamos en todas las carreras y maratones de calle."
* La autora admite que esta rutina es una excelente vía de escape. "Corro para divertirme, para relajarme, por placer. Me pongo pequeñas metas. Compito conmigo. Si bajo un segundo lo festejo, pero no entro en el estrés de bajar los tiempos porque no quiero que el running se convierta en una presión", añade.
* Un buen par de zapatillas para correr es importante. Por una mala elección, una vez, tuvo distensión de ligamentos, de la que está recuperada; ahora presta más atención a la hora de elegir un modelo. "Las zapatillas son lo único en lo que gasto. Elijo las que vienen con aire inyectado, porque me resultan mejor que las que tienen cámara de aire ?explica, conocedora?. Lo mejor de este deporte es que sólo se necesita un par de zapatillas, medias, una remera y unas calzas. Por eso, siempre estoy lista para correr. Aquí o en el país donde esté, siempre llevo las zapatillas."
* Su orgullo es haber hecho los 21 kilómetros de la Media Maratón de las Fiestas Mayas. "Corrí la última Media Maratón de Buenos Aires el 25 de mayo de 2008. Fue un desafío y una experiencia increíble", expresa. La maratón completa está entre sus objetivos, pero no por ahora. "Tengo muchos compromisos laborales y sociales, por eso mis entrenamientos no pueden ser tan intensos como quisiera. Pero en cualquier momento me prepararé para correr una maratón completa", promete.
* "Me gusta la parte social del running. El espíritu es muy festivo. A partir de esta actividad conocí gente genial, de otra manera no la hubiera conocido; de todas las edades y profesiones", cuenta Feldman. Aunque también jugaba al tenis y remaba, las cosas cambiaron realmente desde que empezó a correr. Incluso, potenció la creatividad. "Lo de las famosas endorfinas es cierto. A veces me levanto sin ánimo de practicar, pero al volver, después de correr, me siento renovada. Si me dejo vencer por el desánimo mañanero, no salgo, y quedo todo el día para abajo. En el aspecto creativo, me resulta buenísimo. Mientras corro pienso en los problemas cotidianos y después mi mente vuela y termino madurando ideas supercreativas. En estas vacaciones, mientras corría apareció el tema para mi próximo libro."
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