Los Andes asistió en Buenos Aires a una función de “Ambulancia”, la banda que integra con otros actores. “Desde chico, me vinculé más con la música que con la actuación”, contó.Apenas entró Mike al lugar en el que a poco tocaría con su banda, dos rubionas de cuarenta y pico muy bien vestidas se le prendieron para invitarlo a la inauguración de un restaurante de comida molecular -la nueva sensación en paqueterías- que están a punto de abrir. Él rió extrañado: "¿Comida molecular? ¿Y qué hay, ensalada de células?", para enseguida sonreír amablemente y aceptar la invitación.
Así es la fama, dicen, pero este maipucino que ha conquistado el mundo de la comedia en televisión es hoy en día un imán que atrae no sólo desde la pantalla sino también desde el rock: Ambulancia, el proyecto que comparte con los actores Muriel Santa Ana, Luciano Bonanno, Mariano Torre, Julián Vilar y Víctor Malagrino, está agotando localidades con su rara y lograda cruza justa entre un espectáculo de rock y una obra de teatro. Allí tocan temas propios y recrean extrañísimas versiones en un abanico que va desde The Cure a Los Auténticos Decadentes, pasando por Los Abuelos de la Nada o Depeche Mode.
A minutos de comenzar un show y con un sánguche tan molecular como cualquier otro de por medio, Mike charló con Los Andes acerca de éste, su lado rockero.
-¿Cómo llegaste al rock?
-Es que yo en realidad soy actor por la música, desde chiquito me vinculé mucho más con la música que con el teatro: cantaba, imitaba las voces de lo que escuchaba. De chico escuchaba mucho a los Beatles y ya después me enganché con bandas como Kraftwerk, pasando por Bowie, Depeche Mode o los Thompson Twins. Siempre fue mi sueño tener una banda. Y lo hicimos con amigos actores.
-¿Tuviste alguna banda en Mendoza?
-No, empecé acá con una banda que se disolvió y varios de los integrantes formamos Ambulancia.
-¿Cómo preparan las versiones?
-Alguien propone una canción de toda la vida y se prueba entre todos, a ver si va o no. Y si no, se improvisa, alguno empieza con un ritmo, una melodía, yo le pongo la voz arriba y ahí se genera...
-Es muy buena la versión romántica que hacen de "Vení Raquel", de los Decadentes, que a su manera también son muy teatrales...
-Sí... Lo mismo Miranda, pero eso es algo más quieto en verdad, es que son bandas de música. Nosotros somos todos actores, entonces inevitablemente el teatro sale a escena, porque no somos músicos. Y tenemos que tapar la sordera por algún lado...
-Tiene mucho de punk lo que hacen...
-Exacto, todo nace a partir de un juego, todo lo que hacemos es muy lúdico, y después se va perfeccionando sólo, pero no deja de ser un juego... Todo este show se trata de algo lúdico, es un espectáculo muy visual, donde el protagonismo lo pone la música hecha imagen, y en medio de esos cuadros improvisamos.
Un show nunca sale igual. Hay pasajes teatrales, gags, es algo muy particular, no es ni una banda ni una obra de teatro pero es una mixtura particular que lo hace entretenido, elegante... Está bueno...
-¿Sirve para descomprimir las horas de grabación?
-No. Lo de las grabaciones es un exceso que ya no es que lo canalizo con esto. En épocas en que no hago televisión puede ser, pero ahora lo único por donde canalizo la tensión es por la nada misma, no hago nada, descanso, nada...
-¿A qué te referís con exceso?
-Y, es grabar once horas diarias, todos los días... La cabeza te queda así, viste... Encima es después venir acá, y éste es un espectáculo muy dinámico...
Ese extraño éxito de Los Pells
-¿Están terminando de grabar?
-No, en mayo terminamos. De salir al aire termina en julio, por ahí.
-¿Y cómo ves el tema del rating, que ahora se movió hacia otro lado?
-Sí, se movió. Y... así es la televisión. De la misma manera en que esto era un éxito. Sigue siendo un éxito, pero antes era como lo más visto... Yo no me jactaba de eso, porque sé que es así. Es normal, es la novedad y después deja de serlo. Todos se cansan, el público y uno mismo, más allá de que Pells me dio la oportunidad de expresarme a través un humor diferente, con el cuerpo, la voz...
-¿Creés que estás cansándote de la televisión?
-No, pero me cansa el hecho de hacerla tanto tiempo... Es como todo, como si tocara la guitarra: si estás tocándola todos los santos días durante tanto tiempo llega un momento en el que inevitablemente te agota. Es como estar todo el tiempo en acción, así que por momentos necesito hacer nada, porque todo esto requiere mucha disciplina.
No podés sostener una creación si no tenés disciplina, y eso es lo que estoy viviendo ahora. Trato de estar quieto, tranquilo, descansado, sino no le encontrás la punta del ovillo a la cosa...
-Volviendo a la banda, ¿tienen pensado ir próximamente a Mendoza?
-Tocamos allá el año pasado, para los ciento cincuenta años de Maipú, y yo feliz, estuvo buenísimo. Están siempre las ganas de tocar en Mendoza. Ahora no tengo tiempo, esa es la verdad, pero ni bien termine de grabar "Pells" vamos a ir con la banda para allá
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