El actor Walter Quiroz atiende el teléfono en un alto de las intensas grabaciones de los últimos capítulos de Los exitosos Pells (en Argentina termina a fines de mayo), en un camarín que describe empapelado por los dibujos abstractos que le encanta hacer cuando tiene un rato libre. "También me fascinan las plantas", dirá en algún momento. La charla se da previo a que venga a Montevideo con la obra En la cama (hoy y mañana en el Teatro Metro), su primera presentación teatral en Uruguay, pero no su primera vez en nuestro país."Toda la vida veraneé en Uruguay, con mi familia íbamos mucho a Costa Azul, teníamos una casa ahí y me pasaba los tres meses del verano. Y, hasta hace poco, teníamos una casa en Carmelo", cuenta Walter Quiroz (36 años), que este fin de semana es Boris, integrante de la pareja joven de la comedia de José María Muscari que muestra a dos parejas compartiendo confesiones y exponiendo su vida privada en una misma habitación. "Con Sasha (Mónica Ayos) estamos en el momento crítico, en la famosa comezón del séptimo año. Ella quiere desesperadamente tener un hijo y mi personaje la quiere solamente para él. No soportaría la pequeña, mediana o gran posibilidad de que ella le preste atención a otra persona".
En la cama, cuyo elenco completan Gerardo Romano y Anabel Cherubito como un matrimonio que lleva 17 años de casado, va por las 356 funciones y, según Quiroz, todavía "hay para rato". En eso tiene mucho que ver la conexión que se establece con el público. "En un momento se rompe la cuarta pared, esa pared imaginaria que hay entre los actores y el público, y la gente interactúa con nosotros, participa y habla. La gente se divierte y, por otro lado, se lleva cierta reflexión a su casa sobre la convivencia", explica quien considera que el hecho teatral "tiene que ver un poco con el agitar, el mover, el pensar".
A este éxito teatral que comenzó el año pasado, Quiroz le sumó el éxito televisivo de Los exitosos Pells, "en un año de muchísimo trabajo", destaca. "Hasta acá venía genial, se empezó a complicar ahora porque los Pells están terminando, entonces se reducen los tiempos. Pero día a día lo voy manejando. Hasta ahora lo hice todo con muchísima alegría y tranquilidad. Recién en este último mes me empecé a estresar un poco, por si llegaba o no llegaba", agrega.
En la tira de Telefé, que en Uruguay emite Canal 4, el actor es Diego Planes, un periodista ambicioso, sentimentalmente involucrado con la famosa presentadora de noticias Sol Pells (Carla Peterson). "En cuanto leí el personaje, me interesó. Básicamente creo que todos tenemos, en nuestro imaginario colectivo, al periodista-movilero, que está ahí toda la vida tratando de llegar a un lugar. Es un personaje que siempre me divirtió. Después, todo lo que tiene que ver con la parte oscura del personaje, la ambición desmedida, la codicia, esa cosa de no-código, creo que fue un trabajo que uno tiene que hacer con cada uno de los personajes con los que se enfrenta. Es como muy personal. De hecho, al principio me costó arrancar con el papel, es medio denso", se sincera y adelanta que Diego tendrá un final divertido. "Es una comedia y mi personaje es el crápula del cuento".
El actor confiesa que cuando lo convocaron para Los exitosos Pells, no tenía "ninguna expectativa" con la tira que protagonizan Peterson y Mike Amigorena. "Empezó y se volvió un boom, pero para mí estaba todo igual; sigue todo igual", expresa al señalar que no tiene tiempo para fijarse en el rating. "Lo importante para mí es, tanto en la televisión como en el cine y el teatro, comprometerme con lo que estoy haciendo y llegar al público. Si me tiene que odiar, que me odie, y si me tiene que amar, que me ame; pero quiero llegarle al público". Dice que lo siente especialmente los días previos a una función de teatro. "Me pasa que tengo una noción muy clara de ese encuentro: `ahora nos vamos a ver cara a cara y voy a contarte algo`. Y, por alguna razón, todo se transforma en algo muy personal. Cada función es un desafío. En definitiva, creo que en cada trabajo en el que me enrolo me pasa eso". Para Quiroz, el público está por encima de todo. "Me importa que a la gente le suceda algo con lo que uno está dando. Cuando uno se compromete, la gente lo siente y responde".
Si bien ya lleva muchos años de carrera, los papeles protagónicos le han sido algo esquivos. "No estaría tan seguro de no haberlos tenido, por ejemplo en El tiempo no para", responde recordando la tira de Canal 9 donde el protagonismo estaba bastante repartido, era una historia coral. "No me veo como el protagonista de una novela, no me llamaría yo mismo para hacerla; no me veo en ese rol. Obviamente que uno siempre quiere crecer dentro de su profesión y hacer cosas importantes. Lo que quiero es hacer cosas buenas, que tengan calidad. Pasa más que nada por ahí y ojalá me llegue el momento de tener cada vez mayor responsabilidad en lo que haga. Estoy muy acostumbrado a estar muy metido en todo, tanto en televisión, como en cine o en teatro".
Y si hay ratos libres, los usa para "ir al cine o al teatro, salir a comer, estar con amigos, ir al campo, viajar, leer, dibujar, remar... Me fascinan las plantas y, como mi familia es de Tigre, tengo varios árboles ahí. Además, mis hermanos están en un emprendimiento que tiene que ver con el tema", cuenta.
Los próximos pasos del actor están puestos en seguir con En la cama y definir si el año próximo será parte de otra obra teatral, El anatomista, basada en el libro de Federico Andahazi. Además, evalúa dos proyectos de cine y espera el estreno de Mentiras piadosas, ópera prima de Diego Sabanés sobre el cuento La salud de los enfermos, de Julio Cortázar. "Soy bastante variado, ecléctico. Empecé haciendo teatro, después hice televisión, después vino el cine, hice varias películas con directores muy fuertes y con grandes maestros. Seguí con la televisión, volvió el teatro…", repasa y su mente viaja por un momento a las tardes de cine nacional frente al televisor de su abuela, que luego cambiaría por funciones en el Lugones. "Consumía cine nacional y de afuera, de grandes maestros. El cine ha sido para mí un bálsamo y una gran compañía", destaca.
Y en ese viaje hacia el pasado, aparece otro momento clave en su vida. "Una vez un maestro de teatro, para ingresar a la escuela, me preguntó para qué quería ser actor. No sabía muy bien qué decirle. Con el tiempo fui entendiendo que uno hace esto para saber quién es, es una búsqueda y lo importante es el camino recorrido, el viaje hacia ese lugar. En ese ir vos te vas descubriendo y la única forma de que eso sea genuino y profundo es con un compromiso real. El resto va llegando solo". Como llegaría este primer encuentro con el público uruguayo, que imaginaba fiel a su filosofía de trabajo. "Mi deseo es que la gente se acerque, hacer ese contacto tan querido, verlos, estar y hacerles una función con todo. Quiero reafirmar los votos de ese compromiso que tenemos en común".
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