Antes de ser el actor que interpretó a unos 60 personajes en “Ver para leer” y de corporizarse luego como la criatura "asustada" que vive a la sombra de Hugo Arana en “Los exitosos Pells” (a las 22, por Canal 9 Televida), Fabián Arenillas desplegó cientos de morisquetas en cine y teatro, aunque fue la publicidad el medio que más contribuyó a construir esa imagen familiar en pantalla. "El señor del aviso", como lo reconoce el público.Formó dupla con Víctor Sueiro en una campaña para bajar el consumo de electricidad, encarnó a un cirujano mentiroso en las campañas del truco de Clarín y hasta jugó a ser el clon de Osvaldo Laport.
Una suerte de comodín cómico de la publicidad, al que el público identifica inmediatamente. La primera publicidad surgió cuando un grupo de publicistas, en la platea del Centro Cultural Rojas, lo descubrió sobre el escenario: "Yo estaba mal económicamente y Telefónica terminó contratándome por tres años", cuenta tímido.
Acostumbradísimo a mutar en la vida como en escena, antes de lograr un sustento económico en la actuación, estudió abogacía, se ganó la vida como vendedor de skates, empleado de Tribunales, asistente en una telefónica estadounidense y hasta bailarín de tango en Italia, a donde viajaba llevando shows. "La faceta de actor me sirvió para todo. Una vez estaba de-sesperado, no tenía un peso y conseguí un trabajo en una escuela católica, sin ser religioso.
Con mi actuación, al instante me convertí ante el director en un militante de la acción católica y me tomaron enseguida. Considero que la faceta de actor me hizo creíble", se jacta.
A los 44 años siente que la incipiente fama le llegó "de grande". "Lo mejor que le pasó a mi carrera en televisión fue el unitario “Locas de amor”. Hice un extraordinario personaje, Laurencio, hipocondríaco grave, que no estaba en todos los capítulos, pero en la calle, sin embargo, causaba impresión.
Fue milagroso", recuerda. Ahora se calza el traje de Ricardo, "el lugarteniente del dueño del canal Mega News (Arana), un abogado y hombre de confianza atrapado, un chupamedias asustado de la vida, que se somete consciente y, a la vez, sufre por esa falta de libertad".
Ahora, su criatura podrá vivir un golpe de timón al verse en una encrucijada: prolongar su fidelidad a Franco (Arana) o aliarse con la nueva socia del canal, Marcela Núñez (Mirta Busnelli).
Tenaz remador
Imitador de Minguito y Leonardo Favio en una infancia transcurrida en Banfield, se formó con Carlos Moreno y luego con Norman Briski y Lito Cruz, pero confiesa que su sueño de vivir de la actuación fue una suerte de sube y baja al que estuvo a punto de abandonar cuando apremiaba la necesidad económica. "Llegué a agotarme, pensé en dejar y cuando retomé me pregunté, ¿Cómo se vuelve? Entonces un día me animé y llamé a Pol-ka.
Pedí hablar con la hermana de Adrián Suar (Sabrina) y ¡ella atendió! Me presenté como el hombre de la publicidad del momento. Me dio un bolo en “Campeones” y así fui entrando a la tele, que no es el medio donde más seguro me siento, sino en el cine", desarrolla casi como en monólogo.
Este año encontró "revancha" en la convocatoria de Sebastián Ortega, quien lo había tenido en cuenta para “Lalola”, justo cuando Arenillas tenía contrato con Telefé. "El programa de Juan Sasturain (“Ver para leer”) permitió exponer mi versatilidad.
Tenía dudas sobre cuántos personajes iba a poder interpretar sin que el programa se agotara y fueron cientos. Hasta existe la oportunidad de otra temporada", vaticina el hombre al que también se vio en “Son amores”, “La niñera”, “Hechizada” y “Hermanos y detectives” y hasta escribió su unipersonal, “Crónica de una cabeza”.
-¿Te sentís que como el remador al que finalmente la actuación recompensó?
-Totalmente. Nada me fue de arriba. Todo me llegó de grande. Tuve que remar duro. La capacidad siempre estuvo, pero hubo finalmente una cuota de suerte. Soy 100 por ciento remador.
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