Mike Amigorena regresó a Rosario después de casi tres años para presentar Ambulancia, el show que resume dos de sus intereses escénicos: la actuación y la música. Es que Ambulancia es una banda de música, pero con un fuerte sello teatral cuya cara visible es el protagonista de "Los exitosos Pells".
Acompañado por un grupo de eficientes actores y músicos a cargo de los teclados, el bajo, la guitarra y la batería, Ambulancia resulta un colectivo musical que apela a un criterio de selección amplio y ecléctico, por momentos sorprendente pero que al mismo tiempo tiene un efecto que lo hace familiar.
La banda, que se completa con Muriel Santa Ana, Luciano Bonanno, Julián Vilar y Víctor Malagrino, bajo la dirección de Sergio D’Angelo, consiguió capturar la atención de los cientos de espectadores que asistieron a las dos funciones que ofreció en el teatro La Comedia.
Con su maquillaje, faldas y peinado extravagante, Amigorena apuesta a una imagen potente de un período musical, aquel del ochentoso glam pop. Sin embargo las referencias no se limitan a esa imagen de androginia que poco a poco va quedando en un segundo plano ante la propuesta.
Vestido con un conjunto de falda y chaqueta marrón chocolate, musculosa y jabot de raso blanco, medias y zapatos de enfermera, el actor desplegó su histrionismo en una serie de canciones sometidas en su mayoría a un singular proceso de reelaboración.
Con un amplio registro vocal, la banda y la vocalista acompañaron al intérprete con un nivel parejo y eficaz, en un recorrido ecléctico que fue desde el jazz a la bossa nova y de allí hasta el rock, entre otros.
La performance comenzó con clásicos románticos como "Trigal", de Sandro, con el cual abrió el show, e incluyó hasta una versión alucinada de "Raquel", de los Decadentes, y otras composiciones en inglés. Siempre con el sello singular de la pátina de creatividad con la cual Ambulancia reviste y se apropia de temas de todas las épocas, los deconstruye y vuelve a armar.
Seductor
El vestuario que Mike Amigorena usa en escena queda eclipsado por su potencial de seductor. Los elogios de una platea mayoritariamente femenina se oyeron con claridad. Y según quedó claro a ellas un tailleur no les impide seguir viendo al hombre que hay debajo: “¡Te amo igual con polleras!”, le arrojó una fan.
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