Carla y Mike “¿Una foto juntos? Bueno, pero no vamos a besarnos delante de la cámara, eh”

Luego de indirectas y aclaraciones, de sospechas y desmentidas, los protagonistas de Los exitosos Pells, ganadores del Martín Fierro en los rubros Actriz y Actor de Comedia, confirmaron que viven un romance. No sólo se ven casi a diario y el fin de semana salieron a pasear: festejaron de manera efusiva sus premios en la intimidad y ya les dicen a sus amigos que empezaron a salir.

Seguro.

–¿Segurísimo?
–Yo no miento. Ya son personajes conocidos, no pasan inadvertidos. Menos si se andan besando.

–¿Disculpe?
–Besándose, chapando lindo... ¿Por?

–¿Chapando-chapando? ¿A la vieja usanza? ¿Labios con labios?
–¿Existe otra forma de chapar lindo?

–Cierto...
–¿Sos de la policía?

–Periodista.
–Ah, peor (carcajada).

–Gracias por el dato.
–Olvidate.

Miércoles, jueves, ¿viernes?, sábado, domingo... El periodista que escribe puede acreditar, promediando una sigilosa y respetuosa –al mismo tiempo que tenaz y juiciosa– investigación periodística (léase recorrida por los lugares que suelen frecuentar, consultas a allegados, testimonios directos e indirectos, celulares respondidos y contestadores cerrados, gargantas profundas, etc.), que salen, que hay noviazgo, que entre el miércoles 19 y el domingo 23 –salvo el viernes 21, fecha que nos genera un interrogante–, Carla Peterson (34) y Mike Amigorena (37) se las rebuscaron para verse, sin ninguna obligación, subrayemos, puesto que a principios de junio cerraron las grabaciones de Los exitosos Pells. ¿Aquello de chapando-chapando, labios con labios? Dentro de un instante, lectores. Antes, algo de la historia individual que acaba de convertirse en historia de novela y en la noticia del año.

Comentar, de entrada, que se conocieron durante el casting de Montaña rusa (1994), ciclo en el que ella quedó elegida y él no prosperó. Que reincidieron en Sos mi vida (2006), comenzando una interesante amistad, aunque Peterson interviniera en 71 capítulos, encarnando a Constanza Insúa, y Amigorena apenas en 5, interpretando a Rolando Martínez. Y que terminaron convirtiéndose en la dupla de ficción de 2008/09 gracias a la exitosa tira nocturna de Underground/Endemol/Telefe de 120 episodios, que trepó a 160 y acaba de llevarse seis Martín Fierro. Interin, las siguientes aseveraciones:

l “Si llamamos mujeriego al hombre que salió con varias mujeres, ¿llamaríamos hombreriera (u hombreriega) a la mujer que salió con varios hombres? Okay, reconozco que lo he sido. Tuve mis noviazgos (risas)... Sé que no voy a convertirme en Caroline Ingalls; sin embargo, a un par de niñitos quisiera llegar. Quizá si nace un varón le ponga Miguel, por mi maestro de teatro (Guerberof) y por Mike (Amigorena)”. De Carla a GENTE, edición 2271 (27/1/2009).

l “¿Me preguntás si tomé conciencia del lío que se armó cuando declaré en Tiene la palabra, por la señal de cable TN, que estaba enamorado de una tal Poy, y que Poy realmente obedecía a un antiguo apodo de Peterson? Ahhhh, sí. Pasa que esas cosas yo suelo decirlas... Tampoco considero raro que esté enamorado: me enamoro todos los días. No es tan trascendente el asunto. Hoy también estoy enamorado de Elle Macpherson”. De Mike a GENTE, edición Nº 2300 (18/8/2009).

Perdón, ¿y lo de chapando-chapando, labios con labios? Paciencia.
Lo cierto es que luego de un fin de semana en el que se los vio cenando en el sector Fumadores del restaurante Juana M, en Carlos Pellegrini 1535, aparecieron el miércoles por la noche sobre la alfombra roja previa a los premios concedidos por APTRA en el hotel Sheraton. Carla, dentro de un vestido Hervé Léger azul, el mejor complemento, una combinación perfecta para el negro frac que Pablo Ramírez le confeccionó a Amigorena. Hubo chanzas, chistes al oído, frases desorientadoras y, al par de horas, sendas estatuillas que agradecer. Peterson, medida, dedicó el suyo (Protagonista Femenina de Comedia), al team comandado por Sebastián Ortega y al público. Mike, sugestivo, el suyo (Protagonista Masculino de Comedia), a su familia y a “mi buñuelito, que me mira desde ahí”. Hizo girar las cabezas a la mesa en la que Carla aplaudía un tanto emocionada la enunciación de Amigorena.

Pese a partir por separado, entrada la madrugada el par de pájaros cruzó sus destinos en la casa de Villa Crespo de Mex Urtizberea... Y allí sucedió, sí sí, aquello de chapando-chapando, labios con labios, que anticipamos en el comienzo de la nota y que una testigo involuntaria nos describió y corroboró. Tal vez los deseos de festejar los mutuos logros. Tal vez la gran confirmación del romance, si consideramos que ninguno de los involucrados tardó en confesarles a sus cercanos que la relación viene en serio. ¿Cómo avanzaron las cosas? Nos referimos a los deseos de festejar y la gran confirmación del romance. No podemos saberlo. Porque hasta la madrugada del sábado –salvo cuando Peterson admitió en Almorzando con Mirtha Legrand haberse separado de Julián o Julien Hyvrard (lo llamaba de las dos maneras), su novio francés desde agosto de 2007–, resultó imposible dar con el paradero de ambos. Recién a las 3:38 AM, después de que Mike y su banda, Ambulancia, se presentaran en La Trastienda, y Carla mostrara sus dotes en Corazón idiota, un musical, en el Paseo La Plaza, volvieron a toparse para cenar en Lalo, de Montevideo 353, acompañados por Griselda Siciliani y Adrián Suar. ¿Partida? De nuevo, solos y a puro despiste mediático. Entrada la madrugada, Peterson dejó la sala Pablo Neruda del Complejo, esfumándose en la zona de Parque Centenario, donde alquila Amigorena, en lugar de enfilar hacia su departamento de Palermo.

Atardecido el domingo, llegó un flamante capítulo, ahora a la vera del río de la Plata, en la Costanera. Ella estacionó su Honda, bajó, pasó al volante un amigo, y subió al Peugeot de él, que acababa de dejar a parientes en el Aeroparque. Saludo intenso, arranque lento, velocidad crucero rumbo al Acceso Norte y stop en el parking del Carrefour de Tigre. Allí bajó Carla y compró provisiones. Esperaron a un matrimonio conocido y retomaron. Entraron a un club náutico sin nombre de la zona, almorzaron, descubrieron a los paparazzi, sonrieron y respondieron –¿bromeando?– cuando se les pidió que miraran a las lentes: “¿Sacarnos una foto juntos? Bueno... Pero no vamos a besarnos delante de la cámara, eh”. Pronto cerraron, susurrándose a sus respectivos oídos:

Peterson: Preparate, Mike, que hablarán un largo rato de las imágenes que nos quieren tomar.

Amigorena: Estoy preparado, Carlita. Estoy preparado.